Saquitos Jizō

La presentación, algo en lo que a menudo no pensamos que debe prepararse y que tiene muchísima más importancia de la que creemos.

Cuando un bebé nace vivo tenemos toda una vida para crear recuerdos, pero cuando ese bebé fallece solo tenemos un momento para estar juntos, apenas unas horas (con suerte) que atesorar. Si los padres preparan la llegada de ese bebé, este es presentado envuelto en su mantita, o pueden vestirle con la ropa que habían preparado para ella o él. Se pueden tomar fotografías agradables, en familia, con calma y guardar esos valiosos instantes en nuestras retinas.

Pero, ¿qué ocurre si no se les ha ocurrido preparar nada? Ocurre que su bebé se les presenta envuelto en un empapador, trapo quirúrgico o trozo de sábana, con un gorro hecho de malla compresiva, con mucho amor y tacto por parte del personal, pero que resulta violento, estéril. 

Ver a tu bebé envuelto como si fuera un resto, te parte el corazón.

Este proyecto lleva a los hospitales un conjunto de arrullo y gorro en 4 medidas diferentes para aquellas familias que no pueden preparar la llegada de su bebé y permite, además de una presentación más cálida, que los padres conserven ese arrullo de recuerdo, algo material y a medida que demuestra que su hijo nació, que le arroparon.

Todos los saquitos son confeccionados a mano y en cada uno de ellos ponemos nuestro cariño, como madres que han conocido a sus hijas e hijos envueltos en empapadores, trapos o trozos de sábana, sabemos lo importante que es cada uno de estos arrullos y cuidamos hasta el último detalle.