Sí, el duelo por interrupción voluntaria o legal del embarazo es perfectamente compatible con el duelo.
Algo contra lo que luchamos constantemente es la creencia de que interrumpir un embarazo voluntariamente (ahora analizamos esa palabra) nos despoja de cualquier derecho a sufrir la pérdida, e incluso nos topamos con quien sin ningún tipo de pudor nos dice «tú lo has decidido, tú sabías a lo que ibas, no te quejes ahora».
😮💨 cuesta, pero hay que respirar.
Sea por el motivo que sea, se le llama interrupción voluntaria porque se requiere una autorización y el embarazo no se detiene de forma natural. Sin embargo, hay que tener muy pocas luces para afirmar que todas las interrupciones son voluntarias. ¿Por qué? Porque cuando te diagnostican algo incompatible con la vida, muy grave o tu salud peligra, lo haces de forma autónoma, y sí, das tu consentimiento pero lo haces «a contracor».
👉 Porque cuando hay un problema médico, lo que realmente quieres es que haya una cura, que no sea tan grave o que se hayan equivocado y todo esté bien.
👉 Porque cuando lo haces por violencia machista desearías que la ley os protegiera más a ti y a tu bebé.
👉 Porque cuando lo haces por cualquiera de los mil motivos que puede haber, solo desearías que las cosas fueran diferentes y no verte en esta situación.
Voluntario no es igual a indoloro o a cero trauma, significa largos debates, segundas, terceras hasta cuartas opiniones y haber pensado en todos los escenarios posibles hasta tomar una decisión que no es agradable tomar.
Dejemos de añadir dolor al duelo, cambiemos el «pero tú lo has decidido no?» por el «ni me imagino lo que es tomar una decisión así» porque no, nadie que haya estado en nuestros zapatos sabe lo que es ni lo que duele que te desautoricen.
La interrupción voluntaria o legal del embarazo es perfectamente compatible con el duelo. Que no se nos olvide.